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07 febrero 2009

Signos y Constelaciones.


Este texto lo hice porque organizando papeles de baúl  me encontré con una información retomada y adaptada de apuntes hechos por varios autores a cerca de la mitología y sus narraciones relacionadas con las constelaciones zodiacales, entre ellos de " Mitología y el zodiaco" de Mauricio Puerta.






ARIES

Primera constelación del zodiaco.


Su signo astronómico es la cabeza estilizada de un morueco.



En la astrología antigua significaba fuerte voluntad, activo intelecto, vitalidad abundante y emociones violentas.

El nombre se deriva del griego Eras, o cordero.

Los sacerdotes astrólogos Caldeos, en sus ritos para propiciar una siembra fructífera, en primavera, la cual es celebrada en marzo, sacrificaban un morueco como símbolo de la renovada energía solar.

Los hebreos, después del éxodo de Egipto, también sacrificaban un cordero pascual en la fiesta del Parasceve, que se convirtió en el cordero de Pascua en la simbología cristiana.

Los egipcios personificaron la constelación de Aries en Arnun, el dios con cabeza de cordero, el "Dios oculto", el principal en Libia y el alto Egipto.

Los árabes llamaron a esta constelación: Hamal, de ad-hamal, el cordero.

Este nombre designa la estrella más brillante de la constelación. La segunda es Sheratan, del arábigo al-sharatan, el signo. La constelación contiene 42 estrellas, entre ellas una de segunda magnitud, Alfa en el cuerno occidental, llamada Lucidus Arietas.


TAURO

Es la segunda constelación del zodiaco

En la leyenda sumeria-babilónica fue la figuración de un toro monstruoso creado por el dios celeste Anu para presentar batalla al héroe popular Gilgamesh, pero fue vencido por éste.

En la mitología griega representa la encarnación de Zeus en toro para raptar a Europa.

Los egipcios lo llamaban Apis, el buey sagrado de Osiris.

La estrella más brillante es Aldebarán, del árabe al-dabarán, el que sigue, porque va detrás de las Pléyadas. De esta constelación hacen parte las Pléyades y las Hyadas. Aldebarán también fue llamada en Arabia "El Ojo del Toro". Las Pléyades eran las siete hijas del titán Atlas y la ninfa Pleione, las que fueron perseguidas por Orión, rescatadas por Zeus y colocadas en el cielo.

Galileo asegura haber observado con su telescopio como 50 estrellas en esta constelación.



La más brillante es Maia, madre de mercurio. Las demás estrellas son Estérope, Taygetes, Celeno, Electra, Alcinoe y Herope, que se oculta, avergonzada de haberse casado con un mortal.




GÉMINIS

La tercera constelación del Zodíaco.

Sus dos más brillantes estrellas, Cástor y Pólux, fueron consideradas en la antigua astrología hebrea como los dos pilares que Salomón levantó en las afueras del Templo de Jerusalén.

Los griegos cambiaron el sentido de esta constelación como una figura de los dos gemelos de Zeus.

Júpiter, bajo la forma de un cisne, se enamoró de tal modo de Leda, hija de Céfalo y mujer de Tíndaro, que puso aquélla un huevo del que nacieron Cástor, Pólux y Helena.



Tan estrechamente unidos vivían los dos hermanos, que no había entre ellos preeminencia y nada hacían sin comunicarse. Habiendo sido muerto Cástor en el sitio de Esparta, pidió Pólux a Júpiter que le concediese dar a Cástor la mitad de su vida, para poder vivir alternativamente.

Para perpetuar ese ejemplo de raro amor fraternal, los colocó en el cielo, abrazados estrechamente y brillando alternativamente.


Los romanos le cambiaron el nombre a Géminis, mellizos. Los egipcios consideraban las dos estrellas como Horus el Viejo y Horus el Joven; su símbolo jeroglífico era el de dos plantas retoñando. Los árabes los llamaron Los dos Pavos Reales; los hindúes, Dos Jinetes; los chinos, Yang y Yin.


CÁNCER

La cuarta constelación del zodiaco. Del latín cáncer, cangrejo.


En la leyenda griega, la reencarnación del cangrejo gigantesco que Juno, envió a Hércules para castigarlo. Pero el injuriado Hércules aplastó el cangrejo con los pies. Juno lo colocó entre las estrellas.



Los egipcios llamaban Scarab a esta constelación, símbolo del dios-Sol Jepera, creador de la vida, nombre derivado de Jeper, o andar para atrás.

Los antiguos Caldeos creían que era el Portal del Hombre a través del cual las almas de los recién nacidos entraban al mundo.

La estrella más brillante es la doble Acubens, del arábigo al-zubayán, que significa las " dos tenazas"; la segunda en brillo es Al Tarf, del arábigo al-tarf, que significa el final.

De acuerdo con la leyenda griega, dos asnos que ayudaban a los dioses en la lucha contra los titanes entraron en batalla rebuznando tan fuertemente que aterraron a los titanes y éstos se dieron a la fuga.

Su símbolo astronómico es formado por las dos tenazas estilizadas de un cangrejo.

En la antigua astrología significa la impresionabilidad romántica.


LEO

La quinta constelación del zodiaco.



Del latín leo, león. Desde el año 400 a. C. se ha considerado que es la que gobierna a las demás constelaciones, símbolo del calor y la energía creadora del Sol de verano.



La estrella más brillante es Régulo, del latín "rey pequeño".



Este nombre le fue dado por Nicolás Copérnico, quien sustituyó con este el antiguo Basilicus(del griego real), dado por Tolomeo. La segunda estrella en brillantez es Denebola, del arábigo dnanas-al-asad, cola de león. La tercera es Algieba, del arábigo al-jabhan, la frente.



En astrología se la considera como simbólica del poder y la virtud reales, nobleza de carácter, valor masculino, generosidad y prudencia, firmeza y fortaleza física.

Tifón tuvo amores con Equidna, y de ellos nacieron varios monstruos, entre ellos el León de Nemea, que asolaba los bosques situados entre Nemea y Cleone, en la Argólida del Peleponeso, y no podía ser herido por arma alguna.


Cuando Hércules marchó a combatir con este león, el pastor Clione le dio consejos sobre la manera de combatir el fiero animal. El león moraba en una cueva con dos salidas; Hércules tapó una, entró por la otra y lo asfixió entre sus brazos. Condujo el cadáver a Micenas, en donde Euriteo se aterró dé tal manera que se escondió bajo tierra en un tonel de bronce. Hércules se siguió sirviendo de la piel a modo de coraza. Júpiter, en conmemoración de la hazaña, colocó al león entre las constelaciones.




VIRGO

La sexta constelación del zodiaco.

Los astrónomos sirio-babilónicos la llamaban Belit; los fenicios, Paraisis, la "estrella del Ser".


Desde los tiempos primitivos Virgo ha sido identificada con las diosas de las cosechas. En Egipto, con Isis; en Grecia, con Ceres; en Roma, con Demetér. Los árabes la llamaban El Sumbela, de al-zumbelan, la "espiga granada". En viejos mapas estelares la constelación fue personificada por una doncella con una espiga.



Su símbolo astronómico es un cinturón estilizado, o Hymen.

En la antigua astrología se consideraba que Virgo presidía la matriz, y significaba simpatía, prudencia, tacto, habilidad, ingenuidad, gusto por el arte, amor por lo raro y hermoso.
Las primeras asociaciones fueron con Astrea, diosa de la Justicia en la Edad de Oro, cuando los dioses habitaban, junto con los hombres, la tierra.

La iniquidad creciente de la especie humana hizo que los Inmortales la abandonaran uno por uno. Astrea fue la última en huir, llevando con ella la Balanza de la Justicia, que aún se ve a su lado en los cielos. La tradición egipcia relata cómo la diosa Isis fue llevada a los cielos, como Virgo, mientras los dispersos granos de la espiga se convertían en la Vía Láctea.





LIBRA



Séptima constelación del Zodíaco.

Los griegos primitivos cambiaron las estrellas del Altar con las del Escorpión, designándolas como las "tenazas" de éste.

Libra es el único signo de nuestro Zodíaco que no se originó en el Éufrates.

La declaración de Libra como constelación separada la debemos a los romanos. Cuando Julio César llamó a Roma a los astrónomos alejandrinos para calcular el calendario juliano, los astrónomos cambiaron el Altar en sus mapas celestes para sustituir en ellos la figura de Julio César, sosteniendo una balanza y administrando justicia.

Después de la muerte de César se eliminó su figura y sólo quedo la balanza.

Su símbolo astronómico es una balanza estilizada.

En la vieja astrología se pensaba que la Libra era la constelación del equilibrio, la justicia, y significaba equidad, buenas relaciones y contactos, ánimo artístico y pasión amorosa.

No es una constelación notoria, pero la figura de cometa delineada por sus cuatro estrellas más brillantes se distinguen sin dificultad. Como el Sol se halla en Libra en el equinoccio de Otoño, cuando días y noches son iguales, se supone que esta es la razón para identificarla como balanza.


ESCORPIÓN

Octava constelación del zodiaco.

Del griego skorpios. Los acadianos la llamaron Girtab, El Picador, y los hebreos Akrabh, el alacrán.

En la leyenda griega clásica es la reencarnación estelar del monstruoso alacrán que dio muerte a Orión, el Gran Cazador, después de que éste se vanaglorió ante Diana de que no había criatura en la Tierra que él no pudiera vencer. Para aconsejar a los hombres no entregarse a la jactancia fue colocado el Escorpión en el cielo. Y aún Orión huye del monstruo, pues, al alzarse Escorpión, Orión se pone.

La estrella más brillante es Antares, del griego anti, que rivaliza y Ares, Marte, pues su rojizo color es semejante al del planeta. La segunda en brillo es la doble, color lila, Akrab, del arábigo al-agrab, el alacrán. La tercera es Shaula, del árabe al-shawlan, el aguijón.

Se ha sugerido que este signo del Zodíaco recibió ese nombre porque las enfermedades y las plagas azotaban a Egipto, particularmente cuando el Sol ocupaba esta región del cielo.



Con ese nombre la constelación fue conocida por árabes, persas, griegos y romanos.




SAGITARIO

Novena constelación del Zodíaco.

Representada por una sagitta que en latín significa flecha, es fácil reconocer en el cielo por cinco estrellas que representan el Arco situada al este de Antares.

La tradición antigua de los centauros contribuyó sin duda a la creencia en este personaje mitad hombre y mitad caballo.

Los hebreos la llamaron Keshet; los persas, Kaman; los turcos, Yai; y los árabes el Kaus, nombres todos que significan "arco".

La estrella más brillante es Ruksat, del árabe rukna alrami, "rodilla del arquero"; la segunda, doble, Urkas, de al-urqub, el "tendon". Las que forman el arco son: Kaus Borealis, Kaus Media y Kaus Australis, del árabe qaws, "arco".

Su símbolo es la estilización de una flecha. Significa la energía, el amor a la caza, el esfuerzo por alcanzar las estrellas, es decir las metas.

La constelación esta ubicada en una de las regiones más pobladas de la vía láctea.


CAPRICORNIO 

Décima constelación del zodiaco

El nombre de esta constelación deriva del latín caper, cabra, y cornus, cuerno.

Desde tiempos primitivos se le presentó en mapas zodiacales como a un chivo cornudo, o íbex. Los astrónomos Caldeos creían que esta constelación era la entrada por la que las almas de los difuntos pasaban al cielo.

La estrella más brillante es Algiedi, del árabe al-jadi, el cabrito. La segunda es Dahib, de al sa´d al adhanis, el que da más suerte entre los carniceros, en referencia al sacrificio de un chivo, celebrado por los árabes en el orto hilíaco de Capricornio.

La tercera estrella en brillo es Nashira, del árabigo al-nashiran, el anunciador de buenas noticias. Una configuración notable es la formada por las tres estrellas Algiedi, Dahib y Deneb Algiedi en forma de un yugo, así llamado del latín jugere, unir.

Es el primer signo de invierno del Zodíaco, en el que entra el 21 de diciembre. Su símbolo astronómico es un chivo rampante con cola de pescado.


En astrología primitiva significaba la desolación, la impasibilidad, la inconstancia y el egoísmo.

Es una constelación fácil de localizar por hallarse en línea recta con las estrellas Gamma, Alfa y Beta del Águila.



ACUARIO
Del latín aquerium, propio del agua, aguador.

Los griegos llamaban Hidrochos a esta constelación, la undécima del Zodíaco. Los árabes la conocían como Sakib almu.

Los egipcios la asimilaron a khun, el dios de las aguas de vida.

Los babilonios la vieron como a un hombre derramando agua de un jarro que lleva al hombro;

Los árabes, como a un portador de dos barriles.



Los egipcios representaban la creciente anual del Nilo, al suponer que el aguador hundía su gigantesca jarra en las fuentes del río y la colmaba una vez por año.



Según los poetas, el hombre que vierte el agua en el acuario representa a Deucalión, padre y regenerador del género humano, deificado por los hombres agradecidos.

La constelación se ve figurada en muchos monumentos egipcios.


PISCIS

Duodécima constelación.

Los asirios la llamaban Manu, "el Pez", y los filistinos-fenicios, Dagon, "cola de pescado", por su deidad principal que era el dios de la agricultura, mencionado varias veces en el Antiguo Testamento.

La leyenda mitológica griega dice que los Peces son la reencarnación estelar de los dos delfines que conducían la carroza de concha en la que la esposa de Poseidón, Anfitrite, reina del mar, iba sobre las olas.

Los árabes llamaron la constelación Hut, "el Pez".



En tiempos medievales los astrónomos cristianos identificaron a Piscis con los pescados bíblicos con los que Jesús alimentó las multitudes.


En el año 6 a. C. ocurrió una conjunción entre la estrella Al Risha y los planetas Marte, Júpiter y Saturno. Este esplendoroso fenómeno pudo, posiblemente, ser el origen de la historia bíblica de la estrella de Belén.

Su Símbolo astronómico es un par de delfines atados el uno al otro. Los antiguos marinos consideraban esta constelación como signo de lluvia, portadora de tempestades y catástrofes.